Se estima que la intervención simultánea sobre factores individuales, familiares y socioculturales, es la única vía posible de prevención del acoso escolar. La prevención se puede realizar en distintos niveles:

 

Una prevención primaria:

Sería responsabilidad de los padres de familia, educar con reglas, normas y  límites claros, lo cual influiría de manera determinante en la autorregulación y respeto hacia los demás y su entorno.

 

Una prevención secundaria:

Tiende a promover un cambio en la sociedad, concientiza sobre la necesidad de denunciar los casos de acoso escolar, fomentando la empatía hacia los demás.

 

La labor de los docentes en cuanto a la  formación de habilidades para la vida es básica, ya que influye de manera determinante en la  prevención y resolución de conflictos escolares.

 

Una disciplina basada en la autorregulación, responsabilidad y empatía es fundamental para la construcción de espacios de convivencia y logros educativos.

 

No podemos dejar de lado que el  acompañamiento de los alumnos dentro y fuera de las aulas,  patios, baños y áreas de juego son fundamentales para el logro de la prevención y el fomento del respeto hacia los demás.

 

Es importante que el maestro se convierta en un factor preventivo, que sepa  actuar rápido, directa y contundentemente para prevenir situaciones de riesgo que dañen la integridad física y moral de la comunidad educativa.

 

Los maestros deben aprovechar el espacio escolar y promover la participación de los alumnos para identificar casos de acoso, lo que permitiría fomentar  la creación de una alerta temprana que contribuiría a apoyar y canalizar  aquellos casos detectados.

 

Prevención terciaria:

 Una vez detectadas las situaciones de acoso, es básico canalizar tanto a la víctima como al victimario, hacia una ayuda profesional, para su tratamiento.

 

Un componente básico que no debemos dejar de lado, son las campañas en medios de comunicación, para informar a los padres de familia sobre ésta problemática, la forma en que puede prevenirse, detectarse y canalizarse para su atención.

 

Sólo con el apoyo de la  sociedad en general podemos erradicar, prevenir y atacar el acoso entre pares, ya que de esa manera estaremos contribuyendo a la formación de ciudadanos respetuosos de sí mismos y de los más.